miércoles, 30 de julio de 2008

mundo inmundo.-

Mund0, estate quieto donde estás. Ahora me escucharás y no te escaquearás. Así que te aviso, vas a quedar a mis palabras sumiso. Estoy harta de jugar contigo y que te rías, pero no conmigo. Me he cansado de ser tu juguete y que no me dejes jugar a mis juegos, donde yo impongo mis normas y preceptos. Me jodiste un invierno. ¿No te acuerdas? Pues yo te lo recuerdo. Un noviembre, que no dulce, me hablaron de dos meses; el principio de un fin y de un sinfin de rabia contenida y sentida. Tú moviste ficha en mi tablero de ajedrez y te cargaste al rey; yo movía negras, tú blancas, yo gané la partida pero me jodiste la vida. En qué coño pensabas. Me arruinaste y te cargastes mi anclaje para que, como barco a la deriva, dejara de estar viva. Moriré con una pregunta incontestable que me persigue cada día porque tienes la cobardía a flor de piel y no eres capaz de mirarme con esos ojos color miel. Los míos son mejores, y por eso, mis imperfecciones escrutan tu mirada y te retan a ser valiente en el presente. Da la cara, no es una cosa cara. Tan sólo necesitas valor y sentir que la gente deja de darte calor para sentirte como yo. Ten honor y afronta que aquel noviembre la cagaste... y desde entonces, no paraste.

Me ofreciste un perfecto verano, hecho a la medida de un enano, de aquel que sólo sonríe y ríe porque nada va mal hasta que la crueldad se apodera de su ser; puta maldad. Me destrozaste. Me hiciste creer que los veranos se podían suceder, que iban a ocurrir, los podría sentir, no eran sueños imposibles de esta vida tangible que poco a poco se convierte en horrible. Me hundiste en una tristeza profunda. Que te jodan mundo inmundo. Me enseñaste que la ternura existe y yo te digo que lo paterno es eterno. Efímero donde lo haya, mi padre. Mundo, cállate y escúchame. Odio la primavera, pero no la primera. Aquella que me llevaste hasta las vías paralelas e infinitas. Era una cría y a punto estuviste de hacer la peor fechoría. Cómo te atreves, qué sangre fría.

Me da igual rimarte, prosearte o versearte. Las palabras te duelen igual, eres un animal. Si te rimo, me permito escribir aquello que conocen como tacos, pero tranquilo, lo que más te duele llega ahora, así que prepara la horca porque a lo mejor es el lugar que eliges para rematar. Pero no conmigo, sino contigo. Si tienes un jefe, algo que llaman ser intrascendente y mil adjetivos que terminan en -ente, dile de mi parte que para mí murió. Tú mataste al mío, yo maté al tuyo. Lo nuestro es un duelo de titanes donde ambos somos capitanes. Odio el año entero por aquel invierno. Dañaste mi pilar y no sé cómo arrancar de nuevo. Qué huevos. Por qué yo. A lo mejor pensabas que el paso del tiempo iba a frenar el desenfreno que yo siento. Te equivocas. Crece por momentos. Pero ahora te dejaré tranquilo por un tiempo, el suficiente para que luego me entregues un presente. Mi presente es una rima así que, Mundo, toma tu inmundo. Y desde ya busca mi regalo; busca mi rima, busca la palabra mágica que rima con papá y harás que mi vida sea menos trágica.

Para un héroe que resultó ser mortal*

domingo, 27 de julio de 2008

somos tuyos.-

Hola papá. Hoy te hemos imaginado más que nunca. Hemos llenado las horas del día hablando de ti, recordando todo lo vivido contigo y riéndonos de todos los que te dejaron perder. Hoy, he deseado más que nunca que estuvieras sentado en la mesa con nosotros. Esta razón sólo puede ser que nos haya venido a visitar alguien muy cercano, e infinitamente parecido, a ti. Ha entrado fumando ducados y, en seguida, el comedor ha adquirido ese olor que durante tantos años odié... pero que ahora echo de menos. Ojos claros y pelo blanco, aunque tú tenías mejor porte. Tener que verlo requiere un proceso de enfriamiento de todo mi ser para que el parecido no me juegue una mala pasada y me venga abajo sólo con verlo. Hemos estado hablando todo el día, pero lo mejor ha sido cuando me ha dicho que soy tu vivo retrato. Cada vez tengo más claro que has sido, y serás, el mejor ejemplo que he tenido. No has sido perfecto, pero para mí sí. Me encanta que me digan que me parezco a ti, porque de mayor, querría ser como tú.

Sabes que me pasaría toda la vida hablando de ti, escribiéndote y escribiendo sobre ti. Pero lo mejor de hoy no ha sido pasar las horas recordando lo mejor de los dos. Lo mejor ha sido cuando Guillermo le ha visto. Ha sido uno de esos momentos en que querría descubrir qué piensa. Estoy convencida de que lo miraba pensando en ti. Tenía enfrente a alguien igual que tú. Nunca podré saber qué sintió cuando le dije que te habías muerto, que ya nunca volverías, que no te podría abrazar nunca más. La contundencia de las palabras fue más para mí que para él, pero aquel día uno, cuando entró en casa, los dos te buscamos. Cada día miramos tu foto, te enviamos un beso y le pregunto si te quiere. Y puedes estar orgulloso porque nunca se cansa de este recital. Por eso, ayer, cuando le vimos, los dos notamos el vacío inmenso y eterno que dejaste.

En los últimos años sólo he deseado dos cosas imposibles. Consciente de la imposibilidad de cumplirlo, lo anhelo cada noche, cuando la última luz artificial se apaga y da paso a la estrellas. Deseo fervientemente volar hasta las estrellas y encontrarte por las alturas. O ir donde sea que estés para verte una sola vez más, antes del adiós absoluto. Mi segundo deseo es adentrarme en la mente de Guillermo y descubrir qué piensa. Cuántas veces dijimos que pagaríamos a un investigador para que descubriera cómo lo podíamos hacer. Queríamos saber más de Guillermo. Pero, ahora qué. Estoy yo sola, y no quiero hacerlo. Pero para saber que te echa mucho de menos no es necesario ninguna máquina ni ninguna mente brillante. Sólo hace falta decir la palabra papá y ver como mira a su alrededor. Cuando se da cuenta de que no estás me mira y, con la mirada perdida, lanza un beso. Te das cuenta, es consciente de que no estás físicamente pero permaneces en algún lugar, muy cercano a nosotros.

Te echamos de menos papá*

martes, 22 de julio de 2008

dibuja, dibujante.-

Mañana quiero que dibujes la mejor tira cómica hasta el momento. Poseído por los nervios, quiero que narres con ilustraciones el reencuentro. Que la página en blanco quede tintada de perfectas manchas negras que hablen de todo lo vivido en ese instante. No me importa si alguna lágrima resbala por tu mejilla e impregna el papel, mañana todo me da igual. Sólo importa una cosa; el reencuentro. Junto con la diosa griega, pintar una nueva história. Sólo pido que le deis el papel principal a la princesa y dejeis a los villanos y súbditos del reino en un segundo término. Tienes que ser el creador nato, dotar de palabras el momento del silencio y colorear lo gris de la escena. No he dibujado, ni tan sólo he escrito, sólo he dejado volar la imaginación. He cerrado los ojos y he deseado que, al abrirlos, ya fuera jueves. Que, por fin, llegara el momento de abrazarla. Por suerte, diosa y dibujante me narrareis, breve y conciso, tranquilo; el moment0.

Dibuja a la princesa en su estado más puro de efervescencia por el regreso. Ilustra la felicidad contenida y al fin liberada de la diosa, dibujante, villano y súbditos. Pinta, en un pequeño rincón del papel, un mim0 que, os aseguro, os estará echando de menos. No lo entiendo. No logro averiguar cómo es posible que os necesite tanto. Algún día, ayudada por tus dibujos, escribiré un cuento de princesas, héroes y diosas hecho a nuestra medida. Y será un cuento donde no haya malos, porque los villanos no tendrán un sitio asignado.

Prométeme que, mientras dibujes, te acordarás de mí.
Prométeme que vivirás el instante intensamente.
Prométeme que mañana sólo dibujarás y el jueves lo pintarás.
Aunque un día dejamos de prometer, prométeme que estas promesas las cumpliras.


Dibuja una gran 0bra*

lunes, 21 de julio de 2008

my princess.-

Fa temps que existeixen superherois, dibuixants de còmics, prínceps i princeses. Molts en parlen com si en coneguessin algun... però per la fredor de les paraules que utilitzen per descriure'ls jo sé que és mentida. I és que jo sé què se sent quan parles d'un heroi, però quan parles d'un que per ningú ho és, només per un mateix. Jo, fa temps, en vaig conèixer un, però li mancava el superpoder de la immortalitat. També he tingut el plaer de conèixer un dibuixant de còmics; el responsable d'ensenyar-me a dibuixar una de les millor històries. I prínceps, també he conegut prínceps. Un encara ho és, però ja no és per mi; i l'altre és un petit príncep que viu en un regne natural i negre i que, per sempre més, em tindrà als seus peus. Però avui és el dia de les princeses... de la princesa.

Avui, per seguir amb el costum dels darrers dies, penso sovint en tu. Han estat molts mesos lluny d'aquí, vivint com una aventurera tot allò nou que se't posava per davant. Des d'aquí, hem anat fent un compte enrere dels dies que quedaven per tornar-te a veure, per tornar-te a abraçar. Així que, aquest cop, jo no faig el millor regal... el fas tu amb la teva tornada. Ja saps que són moltes coses les que portem a l'esquena, moltes xerrades, molts plors, molts somriures. Són un grapat d'any que hem anat pujant totes plegades, i ens han donat un munt de records que, alguns, a dia d'ara, encara recordo com si fossin ahir.

Després d'aquest any, he vist moltes coses clares, i una, i la més important, és que sé qui vull que es quedi per sempre més al meu costat. Sento decebre't però tu entres dins aquest grup. Ha estat un any en què he trobat a faltar moltíssim i he escrit e-mails a la desesperada, direcció l'últim continent descobert. Però això està arribant a la seva fi. Ara deus estar celebrant els 21 sobrevolant Àsia o potser fent escala per Singapur. Tant se val el lloc. El que importa és que els estas celebrant de tornada a casa. Fa temps que espero aquest moment, i encara més que l'he imaginat. Però ara ja està. Ara només cal esperar dos dies i adéu a la desesperació del moment que mai no arriba. Tornar-te a veure; el millor regal d'aquest estiu.

Manca el sentiment en aquest escrit, sóc conscient. Però coneixes a la perfecció tot el que et dec, les gràcies que t'he donat i que et donaré i com t'arribo a estimar. Sinó, recorda un escrit titulat per què t'estimo? en 65 paraules.
Sweet 21*

viernes, 18 de julio de 2008

mi tributo.-

Mi mente me miente, me convierte en demente y me niega el presente. Me quiere ahorrar los malos tragos pero no traga que los malos y villanos me abandonen y yo encima les perdone. Mi mente me niega y yo reniego a perder lo perdido en un partido donde no tengo equipo. Pero soy consciente de que en el presente soy un ente donde los recuerdos nos vuelven cuerdos. Donde el pasado, ya pasado, es un punto en contra de los pesados que reviven lo insufrible. Donde el futuro es un augurio de lo temible. Pero el presente determina que todo termina y empieza, así que levanta la cabeza porque nada se consigue si no se sigue. El camino es largo y me da igual si lo hago en un estado de letargo pero quiero recuperar lo perdido mientras que ellos lo han vivido. No me escondo del agujero hondo donde he caído pues no ha sido suficientemente profundo para retirarme de este mundo. Sólo me ha servido para escribir del más y de lo más temido y me ha permitido inventarme un mundo donde yo pinto el paisaje y muy pocos tienen pasaje para visitar mi gran ciudad. Allí preside un héroe, un dibujante, un principito. Allí residen las diosas que dotan de belleza las pérdidad odiosas. Allí soy la diva pues me siento viva. Ya acabo con estas rimas que son un cometido que, como cometa herido, chocan con la Tierra al no tener más tierra que recorrer. Pues como el cometa, yo ya no tengo meta, sólo quiero aterrizar, dejar de volar y, a poder ser, no volverme a estrellar. Pero todo es mucho más crudo y va más allá de poder y querer. Así que como barril de crudo, potencio una crisis donde ni el aristocrático se salva del pánico. Y es que las historia no tienes finales, puesto que mi final es como un puñal que sólo quiere marcar pero no se atreve a rematar. La posibilidad de lo imposible se mantiene impasible frente a la asequibilidad de lo que ya no es tangible. Pero, déjenme que les cuente un secreto. Yo domino mi mente porque tengo a mi héroe presente.

Tributo a lo impoluto*

jueves, 17 de julio de 2008

no et preocupis per mi.-

Hi ha moments molt complexes en la vida que, per molt que es vulgui, no s’entenen mai. Per a una nena de set anys a qui li diuen que té un problema i que haurà de créixer amb ell, el món es transforma i ja no és tan simple. Creiem que les coses són fàcils, que sempre hi haurà algú que ens ajudarà a superar tots els entrebancs que se’ns presenti i que de tot ens en sortirem. Però l’única veritat que existeix avui en dia és que som cadascú de nosaltres els que hem de creure en nosaltres mateixos. Aquella nena va créixer, es va fer gran i se’n va sortir.

Creia que la dislèxia seria un problema molt i molt greu. El temps li va ensenyar que això no era del tot cert. Després de vuit anys de logopèdia, va arribar el dia en què, just en el moment en què creues la porta, ja no la tornaria a travessar com alumna. S’havien acabat les classes. Era un cúmul de sensacions que no es poden descriure. Era l’alegria de marxar, la pena de deixar enrere tota la gent que havia conegut i, sobretot, l’enyorança. L’enyorança de no poder compartir aquell moment amb una de les persones que més estimava. Tant de bo, aquell onze de juliol, quan li van donar l’alta, el seu avi hagués estat a la mateixa cadira de la sala d’espera esperant que s’acabés la classe.

Feia just un mes que els havia deixat, però quan la Mar va sortir d’allà va respirar profundament, va mirar al seu voltant i va somriure. Va anar amb els pares a sopar al Port Vell i va saber esprémer la felicitat d’aquell moment, fins l’última gota. Perquè, en realitat, molt poques coses són veritablement un problema; tot depèn de l’esforç per intentar resoldre’l.

martes, 15 de julio de 2008

nuestro corto.-

Aunque mi película no sea de taquilla, y no haya ganado ningún Oscar, no la cambiaría por ninguna otra. A veces, lo único que haría sería cambiar al jodido guioniosta que se ha obcecado en escribir una tragedia. Por lo demás, sigo rodando el mismo filme que hace veintiún años; porque es el mejor. La clave está en la rotación de los protagonistas. Aunque sea mía, yo no soy la actriz principal. En los inicios fue mamá; unos largos inicios. Cuando tuve uso de razón, el protagonista no era otro que Guillermo, aunque rivalizaba contigo. Y, de golpe, fuiste tú. Adoraba hablar contigo, leer cerca de ti y perder las horas contigo. Pero no nos dejaron rodar más, y lo nuestro se convirtió en un corto. Teníamos los diálogos mejores escritos; porque, por aquella época, despedí al guionista y nosotros mismos los escribimos. Los escenarios estaban perfectamente escogidos y el vestuario corría a nuestro cargo. Cada vez que recupero la película, sonrío al ver las mejores escenas.

En cambio, en los últimos días, he estado pensando y, sí, me gustaría cambiar de película. No te enfades. No es exactamente cambiarla, es vivir en otra donde algo que deseo fervientemente, desde años, se puede cumplir. Son muchas las cartas que te he escrito, y ninguna ha tenido respuesta. Son muchos los posdatas que te he enviado, y todos los que no me has contestado. Por eso, cambiaría mi filme, sólo para que tus cartas me llegaran. Cada día te imagino, te pienso y te escucho. Y nunca te veo. No existes. Pero si supiese cómo cambiar de película, podríamos conseguirlo. Tal vez se puede hacer pero, a lo mejor, a cambio de destruir la que haya rodado hasta ahora... y eso no estoy dispuesta a hacerlo. Lo que vivimos los dos nunca, nadie, me lo robará. Si cierro los ojos aún puedo sentirte cerca, a mi lado. Si los cierro con más fuerza, aún huelo tu esencia. Si los abro, te desvaneces.

Muchos pensarán que estoy loca y que lo que escribo son sandeces. Ya sé que no te voy a recuperar, que no vas a volver y que no hay ningún lugar en el que pueda encontrarte. Bien, de hecho sólo existe un lugar y al que sólo puedo ir yo... yo misma. Pero, tal vez, porque he aceptado que jamás te volveré a ver, escribirte es un alivio. Para muchos, una locura. Para mí, lo mejor. Revivir nuestra etapa juntos, nuestras charlas, mis preguntas que no cesaban, las reuniones con el señor diccionario... me gusta. Consciente de que nada de esto va a volver a existir, y tampoco lo quiero si no es contigo, tallar un mundo entre tú y yo es lo que me da fuerzas. Pero no las suficientes como para entender porqué nos tuvo que ocurrir a nosotros... Por eso, seguiré escribiendo, y nunca enviando, cartas que narran una vida muerta.

P.D: te echo de menos*