miércoles, 28 de enero de 2009

el día de los veintidós.-

El día que iniciaba la crisis de los veintidós ya ha acabado. La noche ha servido para pensar en todo lo sucedido a lo largo del día y, muy entrada la noche, dormir un poco. A las 00:00 el primer felicitats. Y un cierto recelo a tener que oír a lo largo del día la misma palabra. El primer regalo. Y, tras varios intentos, meterse en la cama para dormir. Pero, y no se crean que por los nervios, tampoco pudo dormir. Así que un libró amenizó las horas. El despertador auguraba el principio matutino del día. El mismo recorrido de cada día, y la misma canción. Todo predecible. O casi todo. Una silueta subiendo por la calle. Acercándose al coche. De golpe, dos personas dentro del coche, un pastel, una copa de cava, unas velas, una foto, un regalo, una postal… buaaaa. Eso es empezar bien el día.

Luego, un paseo de dos bajo el sol de Barcelona. Una comida de dos y unos momentos para nosotras. Perfecto. Algo necesario dada la complicada situación de los últimos días. Todo iba bien. El día que desataba la crisis de los veintidós, véase la opción de los dos patitos, estaba siendo mejor de lo esperado. Tal vez porque atrás quedaron las expectativas de tener un feliz día de cumpleaños. Inteligente fue Alicia y su no-cumpleaños. Luchando contra la negatividad, sólo de vez en cuando conviene hacerlo, pequeños detalles y breves encuentros hicieron del día de la crisis de los veintidós, simplemente, el día de los veintidós. Mensajes de héroes, de princesas y diosas, de journis y de fotógrafas lunáticas… Mensaje perfecto, que sólo precisa ir sin reloj, tras ridículas preguntas del millón. Y también de aquellos que nunca se olvidan.

Tras caer la tarde, un encuentro de cuatro. Dos patitos reposaban sobre un río de chocolate que, junto a una buena coca-cola, fueron el segundo pastel del día. Y así sucedió el día de los veintidós para dar paso al año de los veintidós. Nuevos proyectos, nuevas caras, una licenciatura, nuevos viajes, algunos regresos… Y otra vez en la cama, cerrando los ojos pero sin dormir. Con los ojos abiertos pero sin pensar. Y un libro llenando las horas muertas nocturnas tras el día de los veintidós.

G r a c i a s *

1 comentario:

Anónimo dijo...

No se que esperar de tus 22, de mi 22 o del resto de 22. Llegarán los dichosos días de adiós y espero que muchos de sillón de 2, pero sobretodo, espero que tus 22 sean tan perfect0s* como tus 21 respecto a como yo te miro, y mejores respecto a como tu te miras... y aunque lo primero no lo dudo, lo segundo te lo deseo con todas mis fuerzas.



mi pequeñ0 desastre animal*