Y si tienen razón Y si tienen razón Y si tienen razón Y si tienen razón Y si tienen razón Y si tienen razón Y si tienen razón Y si tienen razón... No es el estribillo de una canción ni la respuesta a la pregunta segura de un examen. No es la combinación ganadora de un concurso ni tampoco la solución a todos los problemas. Son las palabras que se graban en la mente, que se tatuan en el cuello y que se atraviesan en el estómago. Es la fórmula exacta que destroza lentamente un cuerpo sin coraza. Son clavos ardiendo que se sujetan al sólido. Lo van deshaciendo muy despacio. Desgastan el cuerpo, lo dañan. No lo matan directamente. La tortura es lenta y el placer que esto les supone es más satisfactorio que un gran logro. Es tal el efecto de esta frase que sentencia antes de que la mente del cuerpo pueda pensar. No hay cabida para las objeciones. Definitivamente, tienen razón.
La razón no es un cualquiera. Es poder. Es avanzar o retroceder. Sonreír o llorar. Seguir o parar. No es incompatible con el sentimiento pero cuando los dos entran en guerra, Razón es el león y Sentimiento la gacela que se intenta imponer pero tan sólo es eso, un mero intento. El león siempre acaba con la gacela. Pero lo peor es que la razón no se controla. Se adquiere. Y ellos la han adquirido pero ella daría mucho para controlarla.
Definitivamente, tienen razón*