jueves, 28 de febrero de 2008

el tiempo.-

Quiero poseer el tiempo. Me da igual volar o ser invisible. No quiero la fuente de la eterna juventud ni leer el pensamiento. Sólo quiero poseer el tiempo. Ganar, por una vez, una guerra. He ido librando batallas con mis enemigos tiempo y soledad; y las he ido perdiendo. Pero si poseyera el tiempo, ganaría nuestra gran cruzada. A veces, antes de acostarme, me imagino paseando por largos caminos que me conducen de una época a otra. En una está papá. En otra estoy viajando por mi pequeño paraíso. En otro momento aparecemos Guillermo y yo. Están todos aquellos a quien quiero.


Si poseyera el tiempo, no existirían preocupaciones. Todo iría a cámara lenta o lo aceleraría, en función de las consecuencias que tuviera en mi persona. Ahora convertiría cada segundo real en un minuto para que todo lo que anhelo llegara más rápido. Y una vez viviendo lo que más deseo, detendría el tiempo para que todo fuese más largo. Los atardeceres se alargarían y las noches de inspiración se confundirían con el día real. Las mañanas y los paseos por la playa se harían interminables. Los viajes nunca tendrían pasaje de vuelta. Y aún viviría en el verano de 2002.


Poseer el tiempo es un imposible. Pero la vida me ha ido ofreciendo diferentes imposibles. Siempre se ha reído de mí. A veces no he tenido más remedio que rebajarme. Otras, en cambio, le he demostrado que me tenía infravalorada. Y ahora vuelve a lanzarme un imposible. El tiempo... poseer el tiempo.


Ahora, imagínense por un momento que pueden viajar a través de él. La escena que tengan ahora mismo en la cabeza es la que más desean. Espero que, a diferencia de la mía, la puedan conseguir. No obstante, hace poco descubrí que viajar en el tiempo no es siempre mirar el pasado, así que algunas cosas que esperamos de nuestro futuro tal vez las conseguiremos. Yo, por si acaso, no le explicaré a la vida lo que quiero.


Si poseyera el tiempo ahora no estaría escribiendo estas líneas*

martes, 26 de febrero de 2008

siete letras.-

Creía que, llegada cierta edad, era imposible querer a personas si no las conocías desde pequeña. Sin embargo, como muchas veces ocurre, me equivocaba. Hace ya tres años que atrás quedaron los días de colegio; pero no las chicas que durante años compartieron conmigo risas, alegrías, penas y momentos que quedarán por siempre en mi retina. Y después de mucho tiempo aún siguen ahí. Algún que otro escritor de cómic se les ha unido, de lo cual me alegro. Tras los años de colegio, donde las cosas tienden a ser más fáciles porque aún somos pequeños y nos vamos cuando nos empezamos a hacer mayores, llegan tiempos diferentes a los vividos hasta el momento. Y así, casi sin darme cuenta, llegué a la universidad.

Todo iban a ser caras nuevas, tener que conocer gente, apuntar bien y saber con quién me iba a juntar y con quién no. Para seguir con mi rutina, los primeros días me volví a equivocar. Pero un viaje a Argentina, de alguien que ya no merece mi atención, me llevó directamente a ti. Sí sí, a la persona que el primer día pensé jamás me acercaré a ella. ¿Sabes que pienso hoy? Jamás me separaré de ti. Son muchos momentos los que llevamos guardados en nuestra memoria, muchas horas de bar, muchos exámenes. Ha sido un día a día durante dos años y pico que nos ha unido. Superar obstáculos con la ayuda de la otra ha hecho las cosas más sencillas. Me has enseñado muchas cosas.

Pero hay un segundo en esta etapa de mi vida. La universidad, el trabajo... nos vamos haciendo mayores, y eso asusta. Pero en las tardes de sábado he encontrado otro punto de apoyo. Sí sí, una pelirroja. Atrás quedaron los prejuicios que tenía. Hemos empezado una amistad que, por mucho tiempo que pase, creo que sabremos mantener. La misma vida llena de desastres nos ha unido. Y será cierto aquello que dicen de que no hay mal que por bien no venga. Me gustan nuestros martes y jueves, nuestras cenas fugaces, nuestros escaqueos de sábado y nuestros planes para los fines de semana. Me encantan los sábados y tus mensajes.

G r a c i a s. Son las siete letras más sinceras que os escribiré, aunque no demostrarán realmente lo que significáis para mí. Aún no sé escribir bien, pero prometo demostraros que os estoy realmente agradecida. No me déis las gracias por nada, simplemente asegurarme que sabré dónde encontraros.

Disculpen que sea un texto compartido, pero las dos habéis reaccionado de la misma manera, por lo que las dos os merecéis el mismo reconocimiento. Espero que no me lo tengáis en cuenta. Ahora os contaré un secreto; nunca el café y la coca cola se habían llevado tan bien. Nunca una light había congeniado tan bien con una normal. Será imprescindible irnos a cualquier otra parte.

Gracias por aparecer en mi vida*

domingo, 24 de febrero de 2008

and the oscar goes to.-

Avui és aquella nit boja de l'últim cap de setmana de febrer. És quan, amb moltíssima son i moltes coses per a fer, deixem de banda totes les responsabilitats i ens trobem en una casa. L'única premissa per triar el menjador, on passarem hores i hores xerrant, menjant i parlant dels Oscars, és que la tele tingui canal+. Avui pensava quin va ser el primer any que vam decidir fer això. Encara anàvem a quart d'ESO i va ser el primer any d'una tradició que encara no hem trencat. S'ha de dir però, que les penjades que repeteixen any rere any són poques.

Tu ens vas abandonar, amb motius de pes, ara fa quatre anys, perquè la nit següent dels Oscars exposaves el teu treball de recerca sobre la deslocalització. T'ho vam permetre. I aquest any tornes a deixar a les teves nenes perquè, diguéssim, que estas una mica lluny. Per sort, la tecnologia farà aquesta distància més curta gràcies a internet, una webcam i les ganes de veure't que tenim. Farem una crònica dels primers moments dels Oscars amb tu sobre els vestits de les actrius. Direm què guapo que està aquest i l'altre. Segur que hi ha algun moment en què, d'amagat, algú començarà a plorar. Serà qüestió de moments però l'emoció no es podrà contenir. I l'emoció no serà a causa dels Oscars!

L'any passat va ser molt especial perquè, sense demanar-li, ell va venir amb nosaltres. Un any després, les coses han canviat però jo encara no l'he oblidat tal i com ha fet ell amb mi. De noies, les que resistim en peu som un terç dels teus àngels, una jugadora de bàsquet empedernida i una servidora. En algun moment de la nit, quan la feina li permeti, el teu Igor també se sumarà a la nit que es caracteritza per la catifa vermella.

Ara escric això perquè sembla que així estiguis aquí. I estic desitjant que sigui la una i et pugui veure, ni que sigui, a través de la pantalla de l'ordinador. Aquest cop, se't troba molt més a faltar.

And the Oscar goes to... CARLOTA

Imissyou princesa*

martes, 19 de febrero de 2008

la vuelta.-

Voy en la camioneta. Estoy en la parte de detrás, la zona descubierta. Necesito respirar ese aire e impregnarme de ese aroma. Es una carretera larga, sin arcén. A los lados, pequeñas pailhotas, niños riendo y mujeres con miradas cautivadoras. Decenas de kilómetros que acaban en MI paraíso. Cuando se han pasado todas las bancas, sólo es necesario girar a la izquierda. El camino es tortuoso, pero perfecto. Empiezo a ver caras conocidas, ojos impregnados de felicidad y sonrisas que derrochan alegría. Paisinho lleva un peto de rallas. Raida un vestido. Sara una camiseta blanca. Están ahí mismo. No espero a que la camioneta se detenga, salto y piso otra vez aquella tierra rojiza. Me agacho para estar a su medida. Los estoy volviendo a ver. Están a un paso de mí. No doy crédito. Puedo volver a abrazarlos. He vuelto.

Pero no puedo escribir estas palabras en sentido estricto, porque aún no he vuelto. Llevo años esperando ese momento; la vuelta. Me imagino y dibujo la situación. Sonrío para mis adentros. Aquellos días en el corazón del continente negro ha sido lo mejor que me ha pasado hasta ahora. No fue sólo un viaje. Desde aquel 12 de julio, no ha pasado día en que no me transporte hasta aquella pequeña aldea. Pienso en todos los niños que conocí, en Davide, el señor Josias, en Lourdes y Rosa María. Hay una infinita lista de nombres.

Quiero volver a N'kondedzi. Necesito vivir otra vez un mes y medio, o dos o tres, en ese rinconcito de mundo que el hombre aún no ha lastimado. No lo ha lastimado porque los sentimientos de allí son los más puros, sinceros y bellos que he conodico jamás. Creo que esa es una de las principales razones por las que necesito volver. La aldea no figura ni en mapas, ni en atlas. Sin embargo, yo la tendré por siempre grabada.

Me avisaron que viajar a África significaba volver. Pensé que exageraban. Pero he comprobado que pisar aquella tierra por primera vez significa querer más. Hasta llegar al punto de necesidad. Ojalá no estuviera tan lejos. Si pudiese, ahora mismo partiría hacia Mozambique. Un avión de vuelo regular que me llevara a Tete. Una camioneta y, mientras el día fuera cayendo, yo llegaría a mi destino; N'kondedzi. Llevo demasiados días imaginándome la vuelta. Quiero vivirla ya.

Cuenta un proverbio africano que si no sabes por dónde vas, vuelve para saber de dónde vienes. Yo sé de dónde vengo, no sé por dónde voy, pero tengo muy claro dónde quiero ir*

domingo, 17 de febrero de 2008

de geno a ne.-

Una rebeca azul eléctrico, una camiseta blanca, unos pitillo, unas converse de color indescriptible y un pañuelo de cuadros. Enfrente, una rebeca roja, una camiseta blanca, unos pitillo, unas converse estampadas y un pañuelo negro. Sin embargo, una de las dos lleva ventaja. Una de las dos ya posee en su haber una sonrisa de oreja a oreja. Una mesa para cuatro que ellas dos llenan de coca cola, aquarius, algo para picar y mucho de lo que hablar. Pero para llegar a tal día como hoy han visto llover mucho.

No creo ni que se acuerden de cuándo empezó todo. Tal vez fue un encuentro fortuito en el colegio; tal vez en el centro cultural o a lo mejor un canguro en casa. Hacía tiempo que se conocían, pero sin siquiera hablarse; y es que no había cierta simpatía entre ellas. Pero atrás quedaron las ñoñerías de niñas pequeñas para dar paso a perfectos sábados. Allí empezaron a congeniar. Largas conversaciones en tren, en parques, en cines, en el centro cultural. Momentos duros con Robert y compañía.

Hasta que un día, todo esto superó la barrera de los sábados y empezaron a tomar parte en los martes y jueves. Cacaolats, coca cola light y normal y cigarros. Ya no había nada más, sólo estaban ellas dos. Una explicaba todo lo que le ocurría, y la otra vaticinaba todo lo que le iba a ocurrir. Y, por mal que pese, una situación similar las acabó de unir aún más. No eran conversaciones fortuitas de trabajo, ni tampoco un café rápido en algún bar. Empezaba a surgir la necesidad de verse y hablar, quedar para ponerse al día de todo lo ocurrido.

Hasta hoy. Se pasea por su segunda casa sin problemas. Coge la manta roja y se tapa. No es que tenga frío, pero sí ciertos escalofríos por lo nuevo que puede empezar a existir. Se miran y, con cierta cara de satisfacción, bajan al portal. Una acompaña, la otra, se queda. La que acompaña, pasea y piensa. La que se queda, sonríe y sueña despierta.

Llegada cierta edad, sospechas que la vida te pueda aportar nuevas amistades. Crees que es imposible. Sin embargo, siempre aparece alguien que rompe todos los esquemas. Me alegro de que hayas aparecido. No sé ni cuando ni porqué, pero me alegra. Nuestras combinaciones de ropa idénticas, por casualidad. Nuestras canciones y delirios. Nuestras resacas caseras. Nuestras miradas traicioneras. Nuestros sábados y nuestras fotos.

Sin duda, empiezas a ser alguien importante*

sábado, 16 de febrero de 2008

nuestro momento.-


Son muchos los que conocen mi pasión por aquel momento del día en que el sol empieza a decaer. Cuando los colores no tienen límites y se mezclan para dar lugar a verdaderos cuadros. Aquel astro que, a lo largo del día, se muestra altivo y no permite que nadie le mire directamente. Pero llegada cierta hora, empieza a declinar. Es, entonces, cuando lo puedes observar en su totalidad. Las nubes, empeñadas en no desprenderse de él, lo acarician por última vez... hasta mañana.

Pero la puesta de sol de ayer fue diferente. Fue lo que necesitaba mi día para que valiera la pena. Por la mañana, todos los momentos duros se habían amontonado en mi cabeza, había revivido momentos crueles de mi breve vida. Sin embargo, lo peor de ayer no me estaba ocurriendo a mí. Había una niña con pelo rubio y ojos azules a quien le habían destrozado el corazón. Recordé como me sentía yo el día que también le dije adiós... para siempre. Tal vez no entiende nada de lo que ocurre, pero es que jamás se llega a entender.

La sucesión de momentos que no eran de mi agrado me condujo hasta una pequeña casa; y aún no entiendo cómo me atreví a llamar. Supongo que la seguridad total de que estaba sola y mis aires desesperados también ayudaron. Necesitaba saber que no estoy sola. Ella, a lo mejor, no se dio ni cuenta, pero yo necesitaba una conversación con alguien sobre él. Y lo consiguió.

Con la cabeza vagabundeando por entre miles de recuerdos, salía del trabajo. Pero tenía una imagen marcada en mi retina: aquella niña desgarrada por el dolor. La congestión de coches hicieron posible que pudiera disfrutar de una puesta de sol, como hacía días que no veía. Para todos aquellos en que el día había sido perfecto, pasarían por alto tal bello panorama. Para los que querían llegar rápido a casa, sólo mirarían por dónde adelantar. Para aquellos que los días cada vez son más duros y las ganas de llegar a casa cada día son menos, una puesta de sol es un verdadero regalo.

Aquella criatura hoy no miraría aquella postal. No miraría más allá de la ventana de su habitación. Buscaría por cualquier rincón, habido y por haber, por si encontraba a su padre. Si, por casualidad, todo había sido una pesadilla de la que no podía despertarse. Si me dejase, la abrazaría muy fuerte y le diría que hay un lugar del que nunca saldrá. Le diría que buscase un momento del día que sólo fuese de ellos dos.

Ahora entenderán porqué mi momento preferido es la puesta de sol. Es cuando uno da paso al otro, cuando aquello que creemos imposible se junta; el día y la noche. Es imposible que nosotros nos volvamos a unir, pero cuando el sol se pone, las estrellas empiezan a surgir de su escondite. Y es en las estrellas donde residen los grandes reyes del pasado.

Saben, no hay días buenos o malos. Simplemente hay días... o no los hay*

miércoles, 13 de febrero de 2008

nits.-

Quan la nit cau, els plors trenquen el silenci més pur i cruel. El seu ésser és el més vulnerable i el seu esperit, el més castigat. Hi ha malsons tot just abans caigui la nit. Però no hi ha somnis en les nits buides. La melangia i la soledat conquereixen cada un dels racons per on passegen. Però ella no té força per aturar-les. L'esperança d'una nit càlida fa temps que es va esvair. El desig que passi ràpid és el darrer pensament abans de sotmetre's a la voluntat de l'inconscient. Un sol color: negre. Un sol so: el silenci. Una sola imatge: ella. I és que no hi ha ningú més. Tots els altres són productes de la imaginació.

La nit, a vegades, és territori de covards. D'aquells que no volen dormir perquè somiar allò que no tenen els hi fa mal. I també d'aquells que no volen començar un altre dia perquè saben que s'hauran d'enfrontar al món. La nit pertany a tots aquells que no dormen per seguir somiant desperts. És d'aquells que encara esperen allò que durant el dia no han rebut.

Per a ella, la nit va tenir époques en que era un coixí; temps d'ençà, és un mur contra el que xoca. Aquests darrers dies, ha allargat el moment d'anar-se'n a dormir. No volia començar la conversa, tantes vegades repetides, entre ella i la nit. Jo, a vegades, he intentat escoltar, però només sento plors que m'esguerren el cor. Però ahir va ser desvatador. En cap moment, van alçar la veu. Potser, per això, va ser la més dura de totes. Per molt que cridés, no hi havia ningú. La nit s'havia tornat freda i la soledat s'havia marcat com a objectiu ferir-la fins l'últim moment. Una melodia de fons era l'únic que es podia escoltar. Eren els seus plors trencats.

Vaig sentir que caminava, descalça. Vaig sentir la porta del balcó i vaig entendre que necessitava trobar-lo. Però, allà dalt, on milers de puntets brillen sense parar, no trobaria la resposta, ni el recolçament. Tot és un record que, de tant en tant, l'ajuda a tirar endavant. Va tornar a entrar i es va assentar al sofà, esperant que les hores anessin passant, i la son la vingués a buscar.

Ningú li diu bona nit*

lunes, 11 de febrero de 2008

sólo un hola.-

¿Te acuerdas cuando obligábamos a mamá a irse de viaje? La casa para nosotros tres. Cocinabas para nosotros, siendo tu especialidad dos huevos fritos. Guillermo nos miraba ensimismado mientras tú y yo leíamos a su lado. Cuando nos quedábamos solos tú y yo, no había una sensación mejor. Te tenía sólo para mí, y era una gozada. Muchas veces nos sentábamos uno al lado del otro y me contabas historias. Otras me hablabas como si la niña que tenías enfrente fuese alguien más mayor. Y tan sólo era una cría que sentía verdadera devoción por ti. Pasábamos ratos jugando a juegos de números o haciendo crucigramas. Me decías que cuando hiciese uno entero yo sola, entonces podrías mantener una conversación seria conmigo. Y fue una tarde de domingo cuando, al cabo de unas horas, acabé un crucigrama blanco para ti. Y maldigo el momento en qué empezaste a mantener conversaciones serias conmigo.

Recuerdo, con cierto desagrado, un par de conversaciones de aquellas caracterizadas con el adjetivo serias. En la primera estábamos solos, no había nadie más en casa. Salimos a la terraza y, bajo mis pies, se descubrió la crueldad del mundo. Haciendo honor a una de mis películas preferidas, esperamos a que anocheciera y me señalaste aquellos puntos que poseían luz propia. Me dijiste que cuando estuviera perdida mirase siempre hacia arriba. Y es cierto, el cielo suele ser más agradecido que el suelo. Me gusta pasear por algún lugar perdido y levantar la mirada. Recordarte. Esperar como cae el día, dando lugar a bellas puestas de sol. Empezar a ver pequeños destellos. Desde N'kondedzi, ha sido la mejor vista que he tenido jamás de este manto que nos arropa.

Pero hoy, cuando abriese la puerta, nadie me diría hola. Mamá se ha ido unos días de viaje. Guillermo me sigue siendo fiel. Pero falta algo. Mi gran enemiga ha invadido la casa sin pedirme permiso. Todo tiene sabor a soledad. Por mucho que pasen los días no logro entender nada. Y cada vez que guardo días en mi vida, te echo más de menos. Hace años que no te explico nada y que no sabes nada de mí.

La segunda conversación que respondía a las características de seria fue la última... de todas. Por mucho tiempo que pase, jamás olvidaré aquel momento. Y tus palabras marcaron para siempre mi ser.

u t o p í a*

domingo, 10 de febrero de 2008

ignorancia.-

Cada día consigues que me sienta un poco más insignificante que ayer. Consigues romper algo que aún permanecía unido en mi interior. Me anulas de tu mundo para que me pudra en el mío. Sigues tu vida sin pensar en mí, pero me arruinas la mía. Odio lo que un día nos unió porque fue lo mismo que nos separó. He decidido empezar a borrarte de un mundo en el que hace meses que no tendrías que tener cabida. Estoy harta de que seas un cobarde y nunca des la cara. De tus comentarios irónicos. Estoy cansada de que me conviertas en un ser inferior. Quiero que me enseñes a olvidar tan rápido como lo hiciste tú. A ser ignorante. Quiero demostrarte que hiciste demasiado daño, un daño que no reconoces ni intentas curar. Quiero que dejes de ser alguien en mi vida para que, durante cierta época, seas tan sólo un perfecto desconocido al que pueda ignorar. Intentaré poner un punto y final a lo que consideraré, por siempre jamás, mi más bella historia.

Quiero que dejes de ser el culpable de mis sueños para convertirte en el protagonista de mis pesadillas.

Hoy no existe inspiración, tan sólo ignorancia*

jueves, 7 de febrero de 2008

autèntic i genuí.-

Abans de néixer, a mi m'esperava el millor regal de tots; tu. Sé que ningú et coneix com jo i que amb ningú estàs tant bé com amb mi; per això ens hem convertit en una parella perfecta. Sóc la persona més privilegiada perquè puc gaudir de tu quan vull, sempre estàs al meu costat, mai em deixaràs ni em traïràs. I no acabo d'entendre perquè no ets el model de germà estipulat. Per mi ets més que un model, senzillament ets perfecte. Sé que no exagero. Jo et conec de veritat i sé el que em dic. No seré capaç de fer ressò del què realment signifiques per a mi, però crec que tu ja ho tens molt clar. Sens dubte, ets una de les persones que més m'estimo.

L'hivern de fa vint-i-vuit anys, vas ser el primer en arribar aquella casa. Eres el tercer d'una família de quatre que molt d'hora va quedar-se només en tres. Una negligència mèdica es va encarregar de no deixar-te crèixer sa, però encara et va fer més fort i preciós. Tot sovint, penso en com deuria ser aquell set de març del 80... La part més egoista del meu ésser s'alegra, en la mesura que sigui possible, el curs que, després d'aquell fatídic matí, van prendre les coses.

Has estat el pilar fonamental sobre el que he anat creant la meva persona. Sense saber-ho, m'has anat moldejant. Les teves ganes de viure, la teva manera de viure, els moments difícils, aquells més dolços i un llarg etcètera, m'han ensenyat que, amb tu, el món és un lloc molt més fàcil on viure. Ets només el meu tresor. Mai, ningú, et podrà conèixer com ho he fet jo. A vegades, quan parlo amb la mama de tu, s'enfada perquè sap que m'estimes més a mi que a ella.

Ara mateix estic escrivint al teu costat. Estàs adormit i no t'adones de res del que ocorre al món. Encara que estiguessis despert, sóc conscient que vius en un somni profund. I jo sóc l'encarregada de fer, de tot plegat, el somni més dolç només per a tu. Sovint penso en totes les coses que t'has perdut, que no t'han deixat viure. En el fons, no saps res de la vida, potser no saps ni què és la vida. Però, per altra banda, sé que coneixes sentiments que molts han oblidat. Estimes de debò, no enganyes ni deceps mai... tens una personalitat que molts envejarien.

De tots els moments teus i meus no sé amb quin em quedaria. Dins la meva retina, n'hi ha uns quants que, per molt que passin els anys, mai oblidaré. Però el més impactant de tots va ser aquell 3 de gener quan et vaig preguntar a on estava el pare. El vas buscar amb la mirada i, finalment, em vas tornar a mirar a mi. Desconcertat perquè no l'havies trobat, en arribar a casa el vas seguir buscant. No sé si realment entès què va passar, però a partir d'aquell moment no hi ha dia que passi sense que li fem un petó a la foto. Tu també saps què es trobar a faltar.

El que més m'agrada de tu es quan em mires i rius sense motiu aparent, quan et pregunto si m'estimes i em fas un petó sense pensar-t'ho dues vegades, quan em fas guapa, quan m'abraces molt fort, quan em mires de reüll si em sents plorar o quan em mires d'aquella manera com si entengeussis tot el que t'estic explicant.

Sens dubte, el millor de tot, ha estat tenir dos Guillermos a la meva vida.

T'estimo wilio*

martes, 5 de febrero de 2008

un nou racó.-

Em nego a la meva font d'inspiració. O, si més no, avui. Quan penso en ell, les idees flueixen per elles mateixes i, per molt impossible que et sembli, tot és més senzill. Però avui no serà el protagonista de les meves històries diàries. Avui tu ets el personatge principal de la meva trama. I tot perquè, ahir, l'enyorança va començar a fer efecte. A milers de quilòmetres, i l'enorme quantitat de setmanes que ens separen, comencen a tenir conseqüències negatives. En un vulgar intent de reduir distàncies, he creat aquest nou apartat dins aquest món que mica en mica vaig originant. Seràn centenars de paraules amb un únic destí: Austràlia.

M'agradaria que el temps passés ràpid, però ell i jo mai hem estat amics, així que aquesta vegada tampoc es posarà de part meva. Algú va dir una vegada que les segones parts mai van ser bones. Treient aquesta frase de context i aplicant-la a la meva situació, corroboro que les segones parts no són bones. Aquella tarda del 10 de juliol que ens vam acomiadar, em va costar molt dir-te adéu. Tanmateix, els mesos que vas estar fóra els vaig aconseguir dominar i els vaig portar més bé del que em pensava. Aquella tarda però, del 28 de gener, ens vam dir fins ara. Però després d'una setmana, m'he adonat que aquest cop les coses seran mes difícils.

No obstant, la teva segona part segur que serà més bona que la primera. I nosaltres estarem perduts per algun lloc virtual buscant notes sobre les teves aventures. Ens enganyarem, o com a mínim jo, i pensarem que no estas tan lluny com creiem. Perquè ara he començat a borrar els dies que portes fóra i a comptar tots els que et queden per arribar.

Cuida't molt Carl0ta*

lunes, 4 de febrero de 2008

el principi.-

Els darrers quatre mesos, a partir d'avui, seran una de les millors experiències que viure dins el món periodístic. Una petitíssima ciutat es convertirà en la meva gran casa durant tot aquest temps. Durant dos anys, i una mica més, he intentat aprendre per poder afrontar el millor possible aquest període que anomenen pràctiques. Però, la veritat, em fa molta por. Avui ha estat el meu primer dia i no sé si estaré a l'altura. Redacció, produir, editar, vídeos, micròfons, cameres, programes informàtics desconeguts fins ara. El meu cap rep molta informació incapaç de processar; potser pel nivell que em demano només començar o potser perquè ho vull entendre tot ja. Formar part d'una redacció. Treballar en equip. Aprendre. Ensenyar. Seran unes setmanes dures però veritablement profitoses. Poder palpar l'ambient d'aprop i portar a la pràctica tot allò que ens han ensenyat és un molt bon repte.

Els principis sempre marquen. Aquests mesos vull que es converteixin en el millor que he fet durant molt de temps. M'equivocaré milers de vegades, segur que tindré dies en què només faré les coses malament o, simplement, no massa bé. Però estic segura que me n'alegraré molt d'haver patit tot això perquè el resultat final serà positiu. L'ambient està força bé i crec que això m'ajudarà per aconseguir un bons resultats.

Porque periodista y reportera en potencia avanzan juntas de la mano de los grandes. No podía ser de otra manera. Desde que te conozco, muchas situaciones las hemos vivido a la par, así que una tan importante como esta no podía ser diferente. Descubramos un mundo por el que sentimos verdadera pasión, journis*

Avui, és un d'aquells dies en què les princeses es fan grans*

viernes, 1 de febrero de 2008

prométeme.-

Hoy tendrías que haber visto que tu periodista en potencia empieza a crecer. Me tendrías que haber acompañado. Me hubieras deseado suerte y, leyendo en algún rincón, me habrías esperado a que acabase. Me prometiste que, el primer día de trabajo, me acompañarías. Dijiste que nunca me ibas a dejar. Contábamos los días que pasarían hasta que yo llegase a ser alguien en el mundo del periodismo, y nos divertíamos imitando a los corresponsales que veían mundo. Me acuerdo cuando, después de decir María Gómez CNN+, Nueva York, me miraste a los ojos y me dijiste será entonces cuando te eche de menos. Tú más que nadie confiaste en mí cuando dije que quería ser periodista. No te importaba que fuese tímida. Tal vez porque era un rasgo característico tuyo y te gustaba que me pareciese a ti, por eso no me querías cambiar.

A veces, es difícil ser consciente de lo que una promesa significa. Es horrible sufrir las consecuencias de unas promesas no cumplidas. Imitando al padre de Violet Sanford, hace tiempo me pediste mi firma porque tenías la corazonada de que, con el paso de los años, ese trozo de papel tendría mucho valor. No para el mundo, sino para ti y para mí. Te prometí que llegaría a ser alguien y aquel papel rasgado y amarillento sería la prueba de lo que un día prometí. Tú también prometiste que algún día escribiríamos un libro.

¿Qué hago con todo lo que no podremos cumplir? Todo lo que un día nos marcamos como objetivos, hoy sólo son un puñado de imposibles. Querría que estuvieras aquí para regañarme cuando digo que no puedo, para ayudarme cuando me he metido en un bache demasiado profundo. Querría que estuvieras aquí para cumplir todas las promesas que una tarde de verano nos hicimos.

Te has perdido demasiadas cosas de mi vida. Hace años que no me ves crecer. Son muchos los días que odio llegar a casa y darme cuenta de que el silencio invade todos los rincones. A menudo, acaricio la flor que cogí de un último ramo aquel día que muchos te dijeron adiós; de aquel día que hice la última y única promesa que cumpliré: no te olvidaré. Visionando una película de García Márquez, aquel que un día me obligaste a leer, escuché una frase realmente preciosa; la flor de la promesa. Tú y yo, aunque no lo sepas, también tenemos la flor de nuestra promesa.

Un día, decidí dejar de prometer*