lunes, 5 de enero de 2009

querido Paisinho.-

Queridos Reyes Magos,

No sé si he sido buena o mala y tampoco sé cómo me he portado. Pero me da igual no saberlo. Yo, de todos modos, os escribo. No pediré gran cosa, ya veréis. Sólo quiero un trozo de papel. Un papel con un destino escrito. N'kondedzi. Un billete de ida al paraíso, a mi paraíso. Hace cuatro años que volví de aquellas tierras, y hoy en día aún me tienen prendada. Calaron tan hondo que jamás las olvidaré. Por eso, cada cinco de enero, que muchos tildan de la noche de los niños, pienso en los que allí conocí. Como la mayoría, no conocen a los Reyes, ni siquiera saben escribir una carta y, ni mucho menos, piden regalos por doquier. Tendría que aprender de ellos, pero hoy no es el caso. Yo sí escribo carta. Pido volver allí. Cuanto antes mejor. Mi regalo de Reyes quiero que sea encontrarme con ellos. Como sois tres, os podéis dividir el trabajo. Sólo pido que los cuidéis estos siete meses que quedan antes de que vuele hacia el continente negro. Lejos queda aquel 21 de agosto cuando aterricé en Barcelona. Pero muy viva esta la promesa: voltaré. Cuatro años esperando un viaje. Pero aquí está. N'kondedzi 2oo9. Hay quien cree que las segundas partes no son buenas. Inconformista donde las haya, os aseguro, antes de que ocurra, que esta segunda parte no será buena, será mejor. Cuando llamé por primera a vez a Paisinho me sentí realmente feliz. Pensé que no podía existir nada mejor que eso. Pues, me equivoqué. Existe algo mucho mejor... el reencuentro. Saint-Exúpery también quiso un reencuentro con aquel niño de cabellos rizados y un cordero dentro de una caja. Encontrarse tiene su magia, pero donde reside la esencia de todo es en el reencuentro.

Dijo una vez un poeta,
y lo siguen diciendo a través de los tiempos,
que los sueños, sueños son pero...
hay un sueño que se hace realidad
feliz en ese despertar de los niños,
un día frío de enero.
Cuando el reloj de la calle Real daba las seis, puntualmente,
subía por la calleja oscura un curita viejo cargado,
como un niño grande, de ilusión,
a hacer su oración y a tocar a las siete el Angelus
que despertaría a todos los niños del pueblo
anunciándoles que los Reyes habían pasado ya.
Se le hace largo el tiempo al señor Cura...
las seis y cuarto... las seis y media... las siete menos cuarto...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Veig que has estat a Africa i que hi vols tornar, jo viure l´experiencia l´any que be.
Felicitats pel text m´ha encantat.

M´agradaria que m´expliquesis com a estat la teva experiencia una mica ja que la viure el any que be. Gracies per aquests textos tan personals i reals.
Si em pots contestar si us plau.
Una admiradora

María Gómez dijo...

La resposta al teu comentari hauria de ser gairebé un blog, i és que el meu viatge a l'Àfrica va ser realment espectacular. Abans d'anar-hi em deien que m'enamoraria d'aquella terra. Creia que només era fruit de l'exageració, però realment tenen raó. Un cop has estat allà, l'únic que penses és quan tornaras. Jo vaig estar a una aldea a prop de Tete, a Moçambic. Ha estat el millor que m'ha passat fins ara. Vaig anar l'estiu del 2005, i des de llavors estic esperant el viatge de tornada, que per fi serà aquest juliol. Saps a quina zona aniràs i què faràs?
Com pots veure no et sé explicar molt bé la meva experiència, només et dic que no et facis enrere i que si tens oportunitat, hi vagis. És impressionant.
Per cert, gràcies per llegir-me.

Anónimo dijo...

Que be jo tambe tinc ganas d´anar-hi. Anire per la zona d´Angola si no hi ha canvis.
Carai amb aquesta valoració em donen més ganes d´anar. Jejejeje.
Ja estas preparant el teu viatge? Deus estar esperant amb moltes ganes que arribi juliol, que be.
Bueno ja anire llegint els teus textos per aqui que son molt bons.
Gracies per la resposta.