viernes, 11 de abril de 2008

no hay circuito.-

Está noche está ida. No me escucha; ni me mira. Ahora mismo está sentada a mi lado, pero absorta en sus pensamientos. Hace muchos años que la conozco, pero nunca he sido capaz de entender qué le ocurre. He visto como la ha tratado este hogar llamado mundo. Me he dado cuenta de que ha sido mucho lo que ha tenido que soportar. Y, por eso, no entiendo porqué no le salen bien las pequeñas cosas. Días atrás volvía a sonreír, pero hoy ya no. Oigo su respiración. Está cansada. Me muevo para captar su atención, pero no se inmuta. Sé porqué está empezando a llorar. Nunca es objetivo de lo positivo, siempre es el principal punto para atraer todo lo negativo. Pero no sé si se queja de lo que le ocurre. Sólo la he oído renegar de lo más cruel que le han hecho hasta ahora. Por eso, no entiendo porqué el mundo no se le convierte cada día en algo un poquito más fácil. Considero que está en deuda con ella. Pero no. Está predestinada a que todo falle. A que casi todo falle. Murmura... odio hacerme mayor... La miro. Está sentada, con las piernas flexionadas y se abraza las rodillas. Su cara denota dolor. Está abrazada a sus rodillas. Y cuando la veo así, sólo tengo ganas de chillar al mundo que ella no se lo merece.

Sólo quería que esto me saliera bien. Pero ya veo que no. Creía que, por fin, algo me iba a salir bien. Y este es mi error. Ilusionarme. ¿Por qué no sé escoger bien? Jamás aprenderé. He conocido muchas personas, pero pocas de mi especie. Algunos me entenderán y sabrán que no hablo en vano, que yo soy diferente. A ti, perfecto desconocido, sólo me queda decirte adiós, sin tan sólo haberte dicho hola. Exacto, salgo del circuito. He aguantado algunas vueltas, pero las últimas han sido bastante difíciles. Y al final, me he caído. Sólo me queda desearte un buen viaje.

Te echaré de menos*

No hay comentarios: