miércoles, 18 de junio de 2008

nuestro país.-

En algún momento de estos últimos 30 segundos te has convertido en adulto. Esta cita pertenece a una película, perfecta para mí, para alguien que no quiere crecer. Es un filme que muestra la creación de un país paralelo a la realidad, el de Nunca Jamás. Aquellos que dedicaron parte de su infancia a las películas de Disney sabrán que esto es vocabulario técnico de Peter Pan. Pero no me refiero a Peter Pan. Hablo de James M. Barrie, el autor del cuento. Esta película ilustra su fuente de inspiración y cómo los niños que se niegan a crecer son los que, paradójicamente, crecen más rápido. Es una correlación de imágenes dotadas de imaginación, combinadas con un buen diálogo y que dan, como resultado, una historia de aquellas que no se olvidan fácilmente.

Pero la genialidad va más allá. Aprendes a ver el mundo desde los ojos de un crío, sobre todo cuando todo se torna más complicado aún. Sabes que, por mucho que digan, tú seguirás siendo un niño; no actuando como tal pero sí siendo inocente como cuando lo eras al tener seis años. Y lo mejor de todo es que te enseña a creer en ti. No siempre tendrás recompensa pero, creer en uno mismo, a veces, es lo único que vale la pena. Es una sucesión de escenas perfectas que albergan sentimiento. Muestran la esencia de la vida y de la pérdida de ella. Y cómo un mundo imaginario puede ayudar a superar la cruda realidad. Es la particularidad de aquellas infancias que nunca damos por acabadas porque, de pequeños, algo se encargó de que no tuviéramos más.

La primera vez que la vi fue una conexión directa contigo. Estás en algún sitio, que aún no se cómo describir. Sólo sé que nada llega. Y entonces vi claro que podía crear mi país donde tuviera cabida aquello que yo quiero y, sobre todo, aquello que no tengo. Para muchos será una mentira, pero para otros es una ayuda para seguir adelante. El país de cada uno permite la evasión de la realidad. Es una huida consciente, a sabiendas de que el retorno a la crueldad es inminente pero, por momentos, no existe realidad sino nuestro país.

En mi país, cada día me das un beso y me dices que me quieres. Te doy un abrazo antes de irme y, lo mejor, cuando llego a casa estás tú. Te puedo contar todo lo que me ha ocurrido durante el día, mis quebraderos de cabeza y todo aquello que a mamá no le puedo contar. En mi país, la perfección sigue existiendo porque nunca murió. Pero queda muy lejos, y no sé cómo llegar. Para Peter Pan era muy fácil porque su país estaba en la segunda estrella a la derecha. Yo, por si acaso, cada noche miro las estrellas por si alguna brilla más. A lo mejor ahí estás, y sí que existe nuestro país de Nunca Jamás.

Besos que nunca llegan allí donde siempre estás*

1 comentario:

Anónimo dijo...

"El país de cada uno permite la evasión de la realidad"

És un plaer, clicar en el accés directe al teu blog abans de dormir i veure, per sorpresa, que hi ha alguna cosa nova escrita.
És un plaer, llegir-te, i més, llegir-te escrivint de ton pare.
Ets tot un plaer en general, tu i el aroma a N3v3rland que despertes.


un petó s0l*preci0s*