martes, 24 de marzo de 2009

la mesa.-

Sistemáticamente diferenciadas. ¿O no? Sentada en la silla de siempre, en la última mesa del bar, puntual a la cita de cada examen. Ayer, el preludio de la época que a mí más me gusta con la llamada que rebosa locura. Una sencilla costumbre para liberar tensiones. Y, desde aquel primer diciembre, hay cosas que no han cambiado, y otras que… ¡menos mal que lo han hecho! Adiós -con la debida entonación- a las planificaciones extra largas. A los esquemas acabados días antes del examen. A la previsión de lo que entrará y el nerviosismo propio de cada prueba final. Adiós… adiós a estudiar la mañana antes, a copiar preguntas tipo test, a acabar justo en el mismo instante, a sentarse siempre en la misma silla. Disculpen, esto último no ha cambiado en absoluto. Esta es la base a la que, por fin, tras dos años, te has agregado. El resultado, mañanas como las de hoy. El protagonismo: la risa desenfrenada. El objetivo: aprobar un examen. ¿Conseguido? Creo que sí.

Sólo cinco escalones para superar el onceavo nivel. A primeros de abril encarrilaremos la última pantalla del videojuego. Doce niveles y, de momento, diez superados con éxito. El onceavo, estamos en ello. Sólo conseguiremos la victoria con la mezcla justa y exacta de algún que otro idioma, de una buena salud, un buen texto y pequeñas dosis económicas de algo llamado políticas de comunicación. Es el brebaje que necesitamos para llegar al último nivel. Lo vamos a conseguir. Contra peores monstruos hemos tenido que luchar. A veces se nos olvida, pero somos unas superwomen. Como también se nos olvida quien es Torcuato de Tena. Porque era ese, ¿verdad?

La misma mesa del bar que echaremos de menos y que por esa razón ya nos hemos planteado robar pero, ¿cómo la sacamos por la puerta? La mesa que da la perfecta panorámica de la cafetería, la que aguanta conversaciones calificadas como –escoges tú el adjetivo- y la que el último día estará reservada para nosotras. Nos ha visto crecer, ha aguantado una única resaca, ha escuchado que Pausini no está divorciada… Me imagino que es inevitable y, cada vez que el final está más cerca, las ganas de volver atrás y recordar lo vivido se multiplican. Y una mañana como hoy, la misma mesa de siempre nos ha escuchado reírnos del mundo sin tapujos. Disfrutar de la mañana y, seamos sinceras, la que ha visto como cinco minutos antes del examen nos hemos estudiado una fotocopia. La echaré de menos.

Próxima cita: 07:50 en la mesa de siempre*

1 comentario:

karmeta dijo...

No me puedo creer que las dos hayamos titulado absolutamente igual nuestros escritos.

Esto es una casualidades sobrenatural.

BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA*