sábado, 27 de junio de 2009

א.-

Sumida en el silencio, rinde homenaje al que muchos han tildado como el Peter Pan de la música. Aquel que no quiso crecer pero que no encontró el elixir para no morir nunca. O tal vez sí. Hoy se ha convertido en leyenda. De él son los acordes de You are not alone. El suelo de una terraza y la luz que desprende la pantalla de un ordenador. Dispuesta a escribir, ha sonreído. Se ha imaginado cómo sería esta misma pantalla enchufada a las teclas de una máquina de escribir. Algo imposible. Como lo que ya se ha acabado, incluso antes de que empezara. Si hay algo claro es que ese teclado de máquina de escribir no será testimonio de una historia a medias. Suspira. Las calles duermen. Algún que otro perro se comunica con los de su especie. Es curioso. Sentada en el suelo, escucha la jauría pero no entiende nada. Y entonces rememora el inicio de su partida de ajedrez. Nadie los entendía pero los reyes y peones dejaron de ser simples fichas. Crearon un lenguaje propio y adoptaron vocablos de otros. א. Y así, podrían llenar un arcón entero.
Podrían. Ahora ya no. El arcón se cerró, conservando dentro una larga noche. Si le dieran a escoger, jamás preferiría tener memoria de pez. En caso de que eso ocurriera, volvería a elegir lo mismo. Y viviría ocho meses constantemente cada vez que lo viera por primera vez. Aquel octubre, cuando lo vio por primera vez, ya le hizo perder los papeles. Pero se elevó a niveles impensables. Y así se sucedió diciembre, enero, febrero, marzo, abril, mayo y junio. Sigue sentada en el suelo y levanta la vista. Desde donde está no ve luna. El cielo está sucio y no sabe en qué dirección mirar. No es buena para situarse. Pero le trae buenos recuerdos buscar la luna en el enmarañado cielo. Sorprendentemente, desde el hemisferio sur la luna sigue siendo la misma. Será la unión de las dos puntas del mundo.
Si una partida se acaba, puede volver a empezar. Pero la partida ya no tendrá el mismo objetivo. Sin embargo, los peones seguirán siendo peones. Aquellos que, en el juego del amor, mueven de uno en uno y son los primeros derrotados. Son los que mueven más lentos. Será por eso que, al final, siempre hay alguien más rápido capaz de llegar antes del jaque mate. Las calles siguen durmiendo. O ella está demasiado absorta de lo que ocurre en el mundo como para escuchar. Ahora ya ha perdido totalmente el rumbo y se encuentra perdida. Algo que ya forma parte de ella. Pero algunos puntos aún los tiene claros. Agradece, en presente, por todo lo ocurrido. Y, como no podía ser de otra manera, echará de menos, en futuro. Y quiere un abrazo mientras Peter Pan, ahora ya convertido en mito, canta que you are always in my heart. Al oír la frase, se da cuenta de que a ella le ocurrirá lo mismo. Mira la pantalla y solloza. Apoya la cabeza en la pared y cierra los ojos. Lo que en ese momento pasa por su mente hace que se le ponga la piel de gallina.
א*

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